Reseña
Francisco Goya [Public domain] |
[Fuente: Casa del Libro]
Monólogo
Antes de dar paso al tema a desarrollar, hacemos una breve introducción para conocer mejor el tema de la obra:
La temática de la obra es variada pero el auténtico tema sobre el que gira toda la obra es la falsa predestinación del hombre y el triunfo de la libertad. Alrededor de este tema giran otros temas menos significativos como la honra (que viene dada por Rosaura), el amor (entre Rosaura-Astolfo-Estrella), la falsedad de la vida (de Segismundo )...
De manera general, el monólogo es una técnica narrativa mediante la cual se crea la ilusión de que un personaje expresa su pensamiento más próximo inconsciente y previo a cualquier organización lógica. Para una definición en un contexto más teatral, es un discurso que un personaje se hace a sí mismo.
Es muy importante no confundir con el soliloquio el cual, al igual que el monólogo, el personaje habla con él mismo pero esta vez no le importa realmente la comunicación con el público.
El monólogo sirve tanto como para interiorizar en la mente del personaje como para mostrar sus emociones al público. En la obra La vida es sueño, los monólogos de los personajes son más remarcables y personales cuanto más importante es éste en la obra.
[Fuente: http://lavidaessuenoa.wikispaces.com/Mon%C3%B3logo]
Puede ver una escenificación televisiva en youtube:
Monólogo de Clotaldo
Analizamos el
monólogo de Clotaldo, situado en la jornada I Escena IV:
Aparte Aun no sé determinarme si tales sucesos son ilusiones o verdades. Esta espada es la que yo dejé a la hermosa Violante, por señas que el que ceñida la trujera había de hallarme amoroso como hijo y piadoso como padre. ¿Pues qué he de hacer, ¡ay de mí!, en confusión semejante, si quien la trae por favor, para su muerte la trae, pues que sentenciado a muerte llega a mis pies? ¡Qué notable confusión! ¡Qué triste hado! ¡Qué suerte tan inconstante! Éste es mi hijo, y las señas dicen bien con las señales del corazón, que por verle llama al pecho y en él bate las alas, y no pudiendo romper los candados, hace lo que aquel que está encerrado, y oyendo ruido en la calle se arroja por la ventana, y él así, como no sabe lo que pasa, y oye el ruido, va a los ojos a asomarse, que son ventanas del pecho por donde en lágrimas sale. ¿Qué he de hacer? ¡Válgame el cielo! ¿Qué he de hacer? Porque llevarle al rey, es llevarle, ¡ay triste!, a morir. Pues ocultarle al rey, no puedo, conforme a la ley del homenaje. De una parte el amor propio, y la lealtad de otra parte me rinden. |
Pero
¿qué dudo? La lealtad del rey, ¿no es antes que la vida y que el honor? Pues ella vida y él falte. Fuera de que, si agora atiendo a que dijo que a vengarse viene de un agravio, hombre que está agraviado es infame. No es mi hijo, no es mi hijo, ni tiene mi noble sangre. Pero si ya ha sucedido un peligro, de quien nadie se libró, porque el honor es de materia tan frágil que con una acción se quiebra, o se mancha con un aire, ¿qué más puede hacer, qué más el que es noble, de su parte, que a costa de tantos riesgos haber venido a buscarle? Mi hijo es, mi sangre tiene, pues tiene valor tan grande; y así, entre una y otra duda el medio más importante es irme al rey y decirle que es mi hijo que le mate. Quizá la misma piedad de mi honor podrá obligarle; y si le merezco vivo, yo le ayudaré a vengarse de su agravio, mas si el rey, en sus rigores constante, le da muerte, morirá sin saber que soy su padre). Venid conmigo, extranjeros, no temáis, no, de que os falte compañía en las desdichas; pues en duda semejante de vivir o de morir no sé cuáles son más grandes. |
En esta situación, se encuentran hablando Clotaldo, Clarín y Rosaura. Ésta, afirma que matará a Astolfo para vengar la muerte de su madre. Clotaldo, el verdadero padre de Rosaura, se plantea si entrar en el mismo juego, aunque ello le cueste la vida., ya que en el mismo monólogo dice que sería como una traición al rey: “Pues ocultarle al rey, no puedo, conforme a la ley del homenaje”. Casi como pregunta, al final se plantea que estado es más grande: si el estar vivo o muerto. Esto, tras intentar elegir entre el amor de padre el honor a un rey. Monólogo de Segismundo Este es el soliloquio de Segismundo, posiblemente el más popular de la obra, situado en la jornada II Escena XIX.
Es
verdad, pues: reprimamos
esta
fiera condición,
esta
furia, esta ambición,
por
si alguna vez soñamos.
Y
sí haremos, pues estamos
en
mundo tan singular,
que
el vivir sólo es soñar;
y
la experiencia me enseña,
que
el hombre que vive, sueña
lo
que es, hasta despertar.
Sueña
el rey que es rey, y vive
con
este engaño mandando,
disponiendo
y gobernando;
y
este aplauso, que recibe
prestado,
en el viento escribe
y
en cenizas le convierte
la
muerte (¡desdicha fuerte!):
¡que
hay quien intente reinar
viendo
que ha de despertar
en
el sueño de la muerte!
|
Sueña
el rico en su riqueza,
que
más cuidados le ofrece;
sueña
el pobre que padece
su
miseria y su pobreza;
sueña
el que a medrar empieza,
sueña
el que afana y pretende,
sueña
el que agravia y ofende,
y
en el mundo, en conclusión,
todos
sueñan lo que son,
aunque
ninguno lo entiende.
Yo
sueño que estoy aquí,
destas
prisiones cargado;
y
soñé que en otro estado
más
lisonjero me vi.
¿Qué
es la vida? Un frenesí.
¿Qué
es la vida? Una ilusión,
una
sombra, una ficción,
y
el mayor bien es pequeño;
que
toda la vida es sueño,
y
los sueños, sueños son. |
El soliloquio (aunque también es considerado como monólogo) de Segismundo cierra la segunda jornada de La vida es sueño, de Calderón de la Barca. En este acto el rey Basilio ejecuta su plan para comprobar si Segismundo tiene poder e ideas como para ser gobernante. El príncipe heredero es llevado a palacio mientras duerme, de modo que despierta como un hombre libre y poderoso. Basilio observa su comportamiento tiránico, por lo que le juzga incapaz de asumir la corona. Así pues, esa misma noche lo devuelve a su cautiverio, en un estado mental alejado de su realidad, puesto que dan a entender que ha consumido sustancias nocivas en palacio. Allí, Segismundo se pregunta si lo vivido en la corte fue realidad o un sueño. Las ilusiones, las esperanzas, las preocupaciones humanas son pasajeras y la persona que alberga anhelos es un ingenuo llamado al desengaño, que no otra cosa es el vivir. Se pregunta cuál es le verdadero sentido de la vida, siquiera si sirve ésta para algo, ya que un día uno llega a ser rey tan pronto como te despojan de todo ese poder, interpretado ya por él como una ilusión. Los versos más importantes de este fragmentos, pertenece a la parte entre el verso 2181 y 2187. En estos, vuelven a enunciar la tesis vertebral del soliloquio. Adopta, para tal fin, un estilo sentencioso acorde con el propósito moral del fragmento: el único verbo que aparece es “ser”, que sirve para definir la vida con vigor y concisión (la vida es frenesí, ilusión, sueño). El verso 2185 contiene una paradoja, articulado por este verbo “ser”, que ilustra la fragilidad de la vida humana. Posesiones, certitudes, ilusiones… todo es insignificante.
El Monólogo de Rosaura
Para oirlo: http://www.poesi.as/reci1017.htm
Hipogrifo violento,
que corriste
parejas con el viento,
¿dónde, rayo
sin llama,
pájaro sin
matiz, pez sin escama,
y bruto sin
instinto
natural, al
confuso laberinto
de esas desnudas
peñas
te desbocas, te
arrastras y despeñas?
Quédate en este
monte,
donde tengan los
brutos su Faetonte;
que yo, sin más
camino
que el que dan las leyes del destino,
|
ciega y desesperada,
bajaré la cabeza
enmarañada
de este monte
eminente
que arruga al sol
el ceño de la frente.
Mal, Polonia,
recibes
a un extranjero,
pues con sangre escribes
su entrada en tus
arenas,
y a penas llega,
cuando llega apenas.
Bien mi suerte lo
dice;
mas ¿donde halló piedad un infelice? |