- El esfuerzo que requiere el club es mucho: antes de la reunión, preparar las sesiones con todo lo que conllevan y durante éstas, no podéis bajar la guardia, no os podéis relajar si queréis que se cumplan las premisas de las que hemos hablado.
- El cansancio y el desánimo aparecen con los problemas: malos modales, faltas de educación (entrar pasada la hora y no precisamente pasando inadvertidos al grupo) y respeto (teléfonos móviles, corrillos), sobre todo cuando el grupo es muy numeroso.
- Si algunos componentes se molestan por la lectura elegida, tenéis que explicarles que para vosotros no ha sido una elección gratuita, los gustos literarios de los miembros del club nos parecen muy importantes siempre que se trate de libros consensuados por la crítica, que han pasado los baremos de calidad adecuados.
- En esos momentos en los que los lectores rechazan una buena novela o ensalzan una mala después de muchos años participando en el club de lectura podéis pensar que no habéis sabido transmitir ni enseñar la esencia del club, afortunadamente esos casos son los menos.
- Si falta la mitad del grupo a la sesión y creéis que el trabajo ha sido prácticamente en balde, pensad que el interés y la fidelidad de esas personas, que sí han acudido a la cita, merecen toda vuestra atención.
- Cuando no encontráis el modo adecuado ni los medios económicos para obtener los libros tenéis que recurrir a vuestros superiores y que ellos decidan si quieren que la actividad siga adelante.
La base del éxito es la motivación y el gusto por llevar el club, si estáis desanimados, eso es lo primero que se transfiere a los lectores. Tenemos que saber que: