Reseña
Quercus: en la raya del infinito es la última novela del escritor toledano Rafael Cabanillas Saldaña, publicada en julio de 2019.
Una extraordinaria fuerza narrativa se apodera del lector en este relato de las condiciones de vida de las gentes de los montes, en una España que comenzó a vaciarse al tiempo de una posguerra cruel. No había entonces más que la caza natural y el aprovechamiento de otros pocos frutos de la sierra. Necesidad al límite.
De nuevo, la mejor literatura sobre la esencia de la España vacía (Antonio Basanta, el mayor experto español en promoción de la lectura). Desde los Santos Inocentes, del maestro Miguel Delibes, nadie ha logrado narrar con tanta fuerza, con tantos sentimientos y sensaciones tan profundas, la cruda realidad del medio rural como lo hace Rafael Cabanillas en esta conmovedora novela (Antonio Mata Huete, escritor).
Una novela coral de múltiples voces, en la que el lector siente los olores del monte, el sabor del miedo y el arañazo de la desesperación de sus gentes.
[Casadellibro.com]
los malditos años del hambre
Dicen que la esperanza es la máquina que mueve el mundo. Una especie de máquina de vapor que hace que las cosas sigan funcionado. Si se pierde la esperanza, la tierra se paraliza.
Sinópsis
QUERCUS es un libro para sentir. Para sobrecogerse al sonido
encadenado de las palabras y llorar de rabia, de ternura, de pasión.
Para viajar a las entrañas de la sierra y al corazón de los hombres.
Para abrasarse o temblar de frío con sus emociones. Páginas que aletean
como mariposas en tu vientre, acariciando tu alma, zarandeando las
conciencias. Un libro de letra viva que se escapa de los márgenes para
convertirse en la voz de los que viven en silencio.
Nada ocurre por azar. El fenómeno de la despoblación de la “España
vacía o vaciada”, tiene unos orígenes y unas causas. Igual que las
enfermedades. Y eso, precisamente, es lo que intenta desentrañar esta
impresionante novela. Centrándose, concretamente, en la España
latifundista. En este caso, parece que el progreso y la modernización
del mundo rural eran contraproducentes para los intereses de algunos.
El joven Abel huye del horror de la Guerra Civil para refugiarse en
una cueva. En ella pasará unos años poniendo a prueba su resistencia
para sobrevivir a la soledad y a las desdichas. Para conseguirlo, debe
hermanarse con el bosque y con los animales que lo pueblan hasta
convertirse en uno de ellos. Cuando al fin desciende del monte al
pueblo, inicia una nueva vida. Complicada, pues el abandono, el hambre y
la injusticia son los enemigos de estas tierras. Una especie de Comala,
aislada de la civilización, cuya identidad se va conformando con las
historias y sucesos de los aldeanos. Convirtiendo sus relatos en una
novela coral de múltiples voces, con las que sentirás los olores del
monte, el sabor astringente del miedo y el arañazo de la desesperación
de sus gentes en tu propia boca y en tu piel.
¿Conseguirá Abel, destinatario de una especie de fatum desde que llegó a esa cueva, revertir el abandono y la miseria de esa tierra?
"Cuentan en secreto que Abel nieto llegó río arriba huyendo de la guerra. De las represalias de la guerra. Vadeando el agua somera y el profundo miedo, desde cerca de la desembocadura del mar, conducido por el instinto animal que lo llevaba al norte imantado de las sierras. Remontando unos cientos de kilómetros, siguiendo la brújula de la fuga del horror y el odio. Llegó siendo un muchacho, con lo puesto. Salvo un hatillo en forma de zurrón con cuatro achiperres: una navaja, un mechero de yesca, una cantimplora, un cazo, un juego de agujas, alambres, tijera y leznas metidos en una cajita de latón, unas cuerdas, un abrigo raído y una manta vieja. En el hato, envuelto y atado cuidadosamente en una tela de arpillera, traía también un rollo de papeles, recortes de periódico y hojas manuscritas. Un mozalbete de tez clara, espigado y fibroso, que rondaría los dieciséis años. Y que no se dejó ver en un largo tiempo, demasiado tiempo, escondiéndose en una cueva del monte, por la desconfianza y el desasosiego que traía cosido a sus espaldas. Allá en lo más alto. Sin luz ni fuego que lo delataran. Igual que una alimaña".
Entrevista a Rafael Cabanillas
Reflexión
Hacer una reflexión sobre la última obra de Rafael Cabanillas, Quercus – En la raya del infinito me resulta excepcionalmente difícil.
Por un lado, elegí esta obra por la referencia del autor. Anteriormente habíamos leído su libro Hojas de Baobab que gustó mucho a todas y todos de nuestro club y confiaba en encontrar una literatura entretenida y respetuosa con los personajes cuando busqué un libro con la temática de la posguerra y nuestra memoria histórica.
Por otro lado, como extranjera que pronto cumple veinte años en España, me encuentro en una fase vital en la que por fin creía entender el potencial de los castellanomanchegos en todas sus dimensiones.
Este libro me ha destruido ambas ilusiones, no por lo que escribe o como escribe, sino sobre todo porque lo escribe ahora.
A algunos de nuestro club les ha realmente gustado el libro e intenté en primer lugar entender que atrae a nuestros lectores.
Se describe como negro pero catártico.
Se menciona la fuerza primitiva de la vida, o el mérito de haber sobrevivido?
Las referencias a Delibes son obvias, pero también controversas. Delibes fue lectura obligatoria para todos los estudiantes de español y sirve a los centro-europeos para celebrar el mito del noble salvaje, de la dignidad del pobre, asumiendo la culpabilidad el rico. Nos motivaba de emprender todo tipo de acciones para esta “gente del sur”, los mediterráneos, purificando nuestra propia sensación de culpa. Me acuerda bastante el libro de Jeremias Gotthelf Uli el sirviente, publicado en 1841. Con muchas paralelas, pero un mensaje diferente.
40 años más tarde publica Cabanillas este libre en una lucha David contra Goliat, al margen de las grandes editoriales, escribiendo para la gente, su gente – los castellanomanchegos.
No hay futuro si no nos reconocemos en el pasado.
He leído en algún comentario que Cabanillas dice:“No hay futuro si no nos reconocemos en el pasado”.
El retrato del pasado en Quercus, se refiere a los llamados años del hambre y recuerda unas palabras que pronunció hace poco el Rey en la televisión sobre la memoria histórica, diciendo – y cito desde la memoria - que “la historia sirve para hacer justicia”.
Así, en una elegante tesis Cabanillas relaciona la España vaciada con los hechos, y sobre todo los actos de la gente en aquella época. Todo ocurre por alguna razón. Los malos actos traen “malos tiempos” consigo. En el régimen de la posguerra, los actos los marcaron los grandes latifundios que a través del tiempo hacen eco en la actualidad, en paralela, a la falta de infraestructuras en cuánto a carreteras, luz y agua.
En el centro del libro, como la raya en el infinito del horizonte manchego, nos cuenta Cabanillas algo sobre la esperanza que nace de lo imposible gracias al esfuerzo y la lucha. En ello revive antiguas tradiciones que han forjado la gente de esta tierra, pero relata también las complejas relaciones entre esta lucha por el propio pan, la impotencia frente a las grandes instituciones centralizadas que mediante la creatividad empresarial y la picardía han movido, y más que una vez frenado, la industrialización de nuestra región.
Al final se cierra el círculo de violencia y la solución o la esperanza llega mediante la transición de la élite, representada por una nueva dueña o gestora.
Como emblemático para esta teoría me gustaría leer unos párrafos del libro (Quercus 2º Ed., páginas 91-93).
[Tabea Hirzel, monitora del club]
Preguntas y pensamientos sobre la memoria
Algunas preguntas y pensamientos que salieron durante la sesión de lectura eran...
"El mundo que nos imaginamos es el mundo a donde vamos".
"Mientras el pobre quiere escaparse de la pobreza sin entender que el rico también quiere escaparse de su riqueza, no cambiará nada".
"No es nuesta culpa que nos frena, sino nuestro rechazo de cambiar la forma en la que hacemos las cosas, nuestros hechos".
"Para vivir hay que mancharse".
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